Impugnar un Testamento

Impugnar un Testamento es algo que nos choca desde un principio, porque es realizado y firmado por un Notario, y debería estar bien redactado y realizado acorde a la Ley.

Esto ocurre porque a determinadas figuras profesionales le conferimos unas capacidades que no son reales, más que desde las obligaciones exigidas por la Ley. Y no solemos fijarnos en la práctica, es decir, que existen varios casos previstos para legitimar la acción de  impugnación de un Testamento, como por ejemplo:

• Testamento parcial o totalmente erróneo: aquel Testamento en el que se puede probar que uno o varios herederos legítimos fueron desheredados sin atenerse a los razonamientos previstos en la Ley.

Se considera que estos herederos fueron desheredados de forma ilegítima.

Testamentos erróneos

Los mejores Testamentos no suelen hacerse en determinados despachos profesionales, sobre todo por su carácter de plantilla preestablecida sobre la que trabajar.

Cuando accedemos a Testamentos y Particiones de Herencias complejas, los resultados que ofrecen algunos profesionales del sector son muy simples y suelen dar lugar a sucesivas modificaciones y cambios en la vida de los testadores; como por ejemplo:

• Rectificaciones en los títulos de las fincas rurales que queremos dejar en Herencia a nuestros descendientes.
• Malas descripciones de los lindes.
• Peritaciones con errores en sus valoraciones.
• Errores de forma en la redacción de los Testamentos.

Además, otros ejemplos del contenido de un Testamento, como por ejemplo:

• El abuso de términos legales en su redacción.
• No explicar de forma clara las cuotas del Reparto entre los herederos.
• Las erróneas valoraciones de los bienes.

Son algunos ejemplos sobre los que se basan la mayoría de los conflictos sucesorios en el presente.

Así, una de las causas previstas en la Ley para impugnar un Testamento es, precisamente, que un Testamento presente defectos de forma.

Impugnar un Testamento con defecto de forma

Se puede impugnar un Testamento con defecto de forma porque la Ley no los considera válidos al no ser presentados de forma correcta. Esta característica tan simple se explica porque un Testamento que no tiene la forma que exige la Ley, se considera que puede vulnerar el derecho de cualquier heredero.

Así, ningún Testamento con defecto de forma se considera válido mientras no se corrijan sus irregularidades.